Restaurante Tandoor e Ivan Surinder. El chef que te hace viajar a la India sin moverte de Barcelona.
- Comiendoxbcn
- 28 jun 2018
- 2 Min. de lectura
Os preguntaréis quién consigue eso. Cómo el título de nuestra nueva entrada indica, el chef Iván Surinder, su equipo y la gran genialidad que tiene entre fogones. Este restaurante que se encuentra en la calle Aragón n.º 8 tiene mucho que explicar entre sus cuatro paredes.
Iván es un chef absolutamente vocacional y se nota en las creaciones de sus platos. La cultura culinaria que le ha transmitido su familia de origen de la India, la ha sabido llevar a otro nivel, ha conseguido aprender primero bien la base de la cocina India que le ha transmitido Nath. Ha conservado los sabores y con nuevas elaboraciones, sabe combinar y encontrar el punto justo del paladar occidental. En su restaurante puedes seleccionar el grado de picante que le aplica al cocinado.
Nuestros tips son que te dejes aconsejar primero. No dejes de probar la cerveza que se llama Cobra. No te pierdas los postres, son espectaculares.
El muslo de pollo marinado con yogur está de vicio.
Las croquetas de verduras y mayonesa de menta son para llorar.
Los panes! No os olvidéis de los panes!
Es una fiesta comer en este restaurante.

Debemos decir que el producto es de primera calidad y lo tratan con mucho mimo, lo quieren y lo consiguen dominar junto con las especias de una manera que enamora.
El staff de Tandoor es fantástico, se podría decir que los conoces y te conocen de toda la vida, te explican a la perfección cada plato y te dicen en qué orden comer cada alimento, a veces nos encontramos especias más fuertes que otras y eso puede hacer que nos anestesie el paladar para seguir disfrutando correctamente de cada plato.
El local es el que sustituye el antiguo de la calle Calabria. Había abierto en el año 2002 y que regentaba Nath Surinder, que transmitía en su cocinado toda la cultura culinaria India que había heredado de su madre.
El nuevo local con aires industriales en su estructura y que combina con madera y coloridos haciendo honor a sus raíces, es espacioso y la distribución del moviliario es fantástico, las mesas no están excesivamente juntas y puedes hablar en un tono relajado, el ruido queda muy difuminado.
En definitiva, una experiencia que no podéis dejar escapar y viajar sin moveros de Barcelona. De bien seguro que os sentiréis como en casa y muy pero que muy satisfechos.
Buen provecho!
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